El año 1.997 en el mes de marzo, llegaron a Molina de Segura cuatro Hermanas destinadas por la M. General, M. Mercedes Miguel, con el fin de atender una Residencia que comenzaba a ofrecer sus servicios a ancianos pobres de esta Región Murciana. Las Hermanas eran Sor Inocencia Alonso, como Superiora, Sor Corazón de Mª Calderón, Sor Alicia Santidrián y Sor Teresa Merino.
El origen de la residencia data de muy antiguo, de 1892 en cuya fecha, D. Carlos Soriano, abogado, dejo sus bienes para este fin. Transcribo el texto del testamentario:
“Si mis bienes no son utilizados en la familia según mi expresa voluntad, pasaran formando pía memoria como lo están con destino a la construcción de un Asilo sobre las tres casas de la huerta del Llano, contigua a la principal que habitamos, para albergue y habitación de doce pobres ancianos vecinos de Molina y Lorquí, asistidos por dos Hermanas de Caridad”. Este es el texto del testamentario al cual se tardó más de cien años en dar cumplimiento.
Cuando llegaron las Hermanas a Molina encontraron la Residencia con bastantes deficiencias para poder empezar, se terminó de arreglar y de amueblar las habitaciones, los salones y el comedor, así el día 5 de mayo comenzaron a ingresar los primeros Residentes y el 10 de octubre de 1997 se hizo la inauguración oficial presidida por Monseñor Javier Azagra, Obispo de Murcia.
A lo largo de estos años se ha atendido a muchos Residentes muy asistidos, pero con gran ilusión se ha hecho el esfuerzo por tenerlos bien y hacerles felices los últimos años de su vida. La Residencia se ha ampliado y modernizado, llegando a tener capacidad para 100 ancianos.
La fiesta de los 25 años, celebrada el pasado día 26 de julio, fue muy hermosa, presidida por el Exmo. Sr. Obispo D. José Manuel Lorca, acompañado por trece sacerdotes, y seminaristas. También nos acompañaron Madre Dora Montoya, Vicaria Provincial y Madre Isabel Márquez, Secretaria, ya que no pudo asistir la Madre Provincial, nuestras Hermanas de Murcia. D. Fernando López Miras, Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia y demás autoridades y por supuesto, los residentes, familiares y amigos de la casa.
Al final de la Eucaristía se leyó la carta de Madre Martina Espinal, Superiora General, que había enviado a la Comunidad junto con la bendición del Papa Francisco que se le entregó a Sor Belén Pachón, como Superiora de la casa. Todo fue un canto de alabanza al Señor por tantos beneficios recibidos. Estamos seguras que Santa María Josefa contemplará gozosa la misión de caridad que se realiza en la Residencia Virgen de Fátima.
A la salida de la ceremonia se entregó un pequeño detalle a todos los participantes como recuerdo de este día.
Hna. Belén Pachón, S. de J.