150º aniversario de fundación de la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad
SANTA Mª JOSEFA DEL CORAZÓN DE JESÚS
Una historia llena de vida que cautiva y enamora
María Josefa del Corazón de Jesús, desde la infancia vivió abierta a la acción de Dios, de quien fue enamorándose. Se puso en sus manos, se puso como una niña necesitada, se dejó arropar, mecer y cuidar por quien ella sabía que la amaba como nadie lo podía hacer, y así fue creciendo en conocimiento y amor de ese Dios que lo llenaba todo… y se dejó transformar.
María Josefa empezó a cantar al Dios de la vida, aún en medio de las dificultades y pruebas que estaba pasando en su familia, como fue la pérdida de su padre y, en todo momento, descubrió un designio amoroso. Ella, más tarde, tendría que comprender situaciones de dolor, tendría que acoger, aconsejar, llevar ánimo, dar respuestas y… ¿quién mejor que quien ha pasado por ellas? Su corazón se volvió vulnerable, misericordioso, compasivo y comprensivo. Se llenó del amor que iba recibiendo de Dios, y lo quiso derramar hacia todos los que encontraba día a día en su camino.
Así, entregándose al Amor, con una confianza ilimitada en el Dios que hace nuevas todas las cosas y con un entusiasmo que la hacía caminar cada día como si fuera el único, fue construyendo su vida, fue forjando su espíritu, y dio respuestas tanto a Dios como a los hombres, en unas situaciones concretas, en unos momentos que no fueron mejores que los nuestros, donde había fiebres, malaria, cólera y guerras. Su espíritu varonil y su arraigamiento en Dios no la hizo pusilánime, sino que la llevó a salir de sí misma para encontrarse con el hombre que sufría en su dolor, en la enfermedad, en la soledad y la muerte. Mantuvo siempre esa mirada de águila, esa mirada a lo alto para recibir respuesta y tender la mano. María Josefa, nos legaste un testamento y una vida: “Vivid en el amor, dad amor, llevad el conocimiento de Dios por toda la tierra y no os canséis de servir con alegría e ilusión”.
Hoy nos pides a tus Hijas que nos llenemos de entusiasmo, que tengamos como meta el Reino, que en todo busquemos la voluntad de Dios, y hagamos de esta búsqueda y encuentro con el hombre de hoy un servicio gratuito y desinteresado, por amor y para el Amor.
Santa Mª Josefa, tu lema impresiona e impacta hoy: “Amor y Sacrificio”. Esto es salir de nosotras mismas, de nuestra área de confort, de nuestra comodidad, de todo interés personal para vivir la plenitud de Dios.
Ella recibió el don del Espíritu Santo para vivir la caridad en grado heroico, la comunión con todas sus Hijas, la fuerza y coraje, con misericordia y ternura, para servir a los necesitados, anunciando con su alegría, delicadeza y generosidad el Reino de Dios en el mundo del dolor.
Gracias Madre por la obra que comenzaste, hoy tus hijas iniciamos gozosas este Año Jubilar de gracia y bendición.
Sor Carmen Señor Tejerina, Sierva de Jesús
Bilbao, Casa Madre, 26 de julio 2020