Provincia de San José
El día 19 de marzo, Madre Elisa Quiroz, Superiora Provincial de la Provincia de San José, celebró sus bodas de plata de vida religiosa. Estuvo acompañada de numerosas Siervas de Jesús, de su madre, que viajó desde Perú, y de sus dos hermanas y demás familiares.
Madre Elisa, en este día tan especial de acción de gracias a Dios por sus beneficios, expresó al final de la Eucaristía las siguientes palabras de agradecimiento, que compartimos:
Hoy, en este lugar tan importante para mí, en esta capilla donde inicié mi noviciado un 19 de marzo en 1999, quiero agradecer a Dios por el don de la vida y muy especialmente por haberme llamado a la vida Consagrada; también agradezco a mi padre, que me bendice desde el cielo, a mi madre y hermanos, sobrinos, y familiares que me han apoyado en mi vocación desde el inicio y me siguen acompañando con sus oraciones. Agradezco a Mons. José María Baliña, que se ha dignado presidir la Eucaristía y a los sacerdotes concelebrantes, a mis Hermanas Siervas de Jesús, a los Laicos Siervos de Jesús, y a todos, queridos amigos, agradezco su presencia.
Del mismo modo agradezco a nuestra querida Madre General, Martina Espinal y Madres del Consejo, a todas mis hermanas Siervas de Jesús y a los sacerdotes y personas que me han ayudado a crecer y a cultivar la fe.
A mi Profesora Silvia, del curso de religión, que tuvo tanta paciencia conmigo y me enseñó a descubrir a un Dios Eucaristía, encarnado en la Palabra, a conocer la ternura de la Virgen María, que ha cuidado mi camino en todo momento.
En la misma escuela, conocí a Sor María Jesús Revuelta, S. de J., quien nos preparaba para la confirmación en el AULA, y puedo decir que fue donde empezó todo. Me preguntaba a mí misma, ¿podré ser como ella? Me encantaba su alegría y el buen humor que tenía con los jóvenes, para mí era tan especial, se notaba que amaba a Dios con todo su ser. Yo sentía que el Señor la ponía en mi camino para que le siguiera a Él.
Siempre me he sentido muy querida por todos los que me rodeaban, mis vecinos, donde crecí, y hasta el día de hoy cuando voy de vacaciones siempre están presentes, somos como una familia.
Le estoy muy agradecida a mi Congregación de Siervas de Jesús de la Caridad por todo lo que me ha dado; a mis formadoras de cada etapa y muy especialmente a la Madre Maestra de Novicias, Luz Stella Castaño. Ella siempre nos inculcó, que ser Consagrada es ser toda de Cristo, es vivir siempre en su presencia y de esa forma todo sería más fácil y sencillo, a nuestro alcance. Nos recordaba que con amor y sacrificio superaríamos muchas cosas en la vida, nos enseñaba a ser mortificadas desde lo pequeño y a seguir el ejemplo de nuestra Santa Madre, María Josefa.
Han pasado 25 años y parece que fue ayer, son muchos los recuerdos, las experiencias, alegrías, tristezas, frustraciones, esperanzas, caídas, pero siempre levantándome con la gracia de Dios, con más fortaleza y crecimiento humano y espiritual.
Me vienen a la mente y al corazón muchas personas de diferentes lugares y culturas y en todo ello veo presente al Señor, alentando mi camino y confiándome sus proyectos.
Pido a todos los que están aquí presentes, que recen un Ave María por las Siervas de Jesús, para que perseveremos en el amor a Dios y seamos testigos de su misericordia, porque somos sus Siervas.
Muchas gracias.
Buenos Aires, 19 de marzo de 2024