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Sor Ana María Zabaleta Villa SdJ

El sábado 30 de septiembre, la iglesia de Santa María de Altamira en Miranda de Ebro fue testigo de un conmovedor homenaje a las Siervas de Jesús de la Caridad.

La comunidad se reunió para celebrar la dedicación y generosidad de tantas mujeres que han dejado una marca indeleble en la ciudad, una estela de olor a Jesús, a Buen Pastor y un camino de #AmorySacrificio.

Nuestra relación con la localidad burgalesa, se concretó en las 2 comunidades de Siervas que vivieron allí:

-Hospital (1885-1979).

-Casa asistencias (1929-1988).

Por eso fue tan sentido, emotivo y cercano el homenaje que nos hicieron con tanto cariño. La Eucaristía, fue vivida con fe, pero también con un tremendo sentido de agradecimiento y responsabilidad frente al don de la vocación al servicio del Pueblo de Dios.

La Madre Arancha SdJ, nos regaló unas preciosas palabras en la acción de gracias.

Escogemos algunas frases entre las que dedicaron a la Congregación y a las Hermanas que vivieron y se gastaron por Cristo, allí:

“Es maravilloso honrar a las Siervas de Jesús por su dedicación incansable en el cuidado de los enfermos durante más de un siglo en Miranda de Ebro, Burgos.

Su impacto es innegable y su legado es un faro de generosidad y compasión.

La ceremonia del sábado, 30 de septiembre de 2023 en la iglesia de Santa María fue un tributo merecido y conmovedor.

Numerosos testigos compartieron sus experiencias personales, destacando la profunda influencia que estas hermanas tuvieron en sus vidas.

La presencia y contribución de hermanas de varias comunidades como Madrid, Vitoria y Burgos en este evento subraya la importancia de su labor y la comunidad que han construido a lo largo de los años.

Este homenaje resalta la trascendental contribución de las Siervas de Jesús a la ciudad y deja un legado imborrable de amor y servicio”.

El evento contó con la asistencia de muchas hermanas de distintas comunidades de España: Sevilla, Madrid, Vitoria y Burgos, autoridades religiosas y representantes de otras congregaciones vecinas, quienes elogiaron la contribución invaluable de las Siervas a la sociedad mirandesa.

Las ofrendas fueron, un reloj simbolizando el tiempo dedicado al cuidado de enfermos, y un tensiómetro como instrumento de apoyo usado por las Siervas en el hospital. Este homenaje es un símbolo de gratitud y reconocimiento de la ciudad de Miranda de Ebro por el inquebrantable servicio de la Congregación.

Este inolvidable momento, se convirtió en un testimonio tangible de la profunda conexión entre las Siervas de Jesús y la comunidad de Miranda, resaltando la importancia de su legado en la ciudad.