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18 de mayo

En tu día, tus hijas Siervas de Jesús te decimos con amor: ¡Felicidades Madre Corazón!

Tú fuiste una mujer recia, emprendedora, mujer de tu tiempo, trabajadora, alma de oración, totalmente abandonada en Dios y esto fue tu fortaleza.

Hoy, tus hijas dirigimos la mirada hacia ti y te pedimos con concedas una parte de tu espíritu   de “Amor y Sacrificio”, para continuar sirviendo como tú a nuestros hermanos enfermos y necesitados.

Las Siervas y Siervos de Jesús de la Caridad, el Laicado y todos tus devotos te decimos en el día de tu fiesta: ¡Felicidades, Santa María Josefa!

 

Hna. Martina Espinal

Superiora General

Estos días de retiro la prometo tenerla muy presente, suplicando a Jesús le dé un desprendimiento total de las cosas de la tierra, de sí misma  y de las criaturas, que tenga un amor grande al sacrificio para que de esa ma­nera vaya poco a poco muriendo a todo lo que no es Dios y su corazón se encenderá más y más en el amor divino, hasta llegar a la contemplación donde las almas religiosas perfectas encuentran el cielo en la tierra; mientras no alcance esto, siempre vivirá triste y des­consolada. Santa María Josefa