En la IV Jornada Mundial de los Pobres, celebrada el pasado domingo, 15 de noviembre, el Papa Francisco, presidió la eucaristía en la basílica de San Pedro. En su homilía dijo:
El Libro de los Proverbios alaba a una mujer laboriosa en el amor, cuyo valor es mayor que el de las perlas: debemos imitar a esta mujer que, según el texto, “tiende sus brazos al pobre” (Pr 31,20): esta es la mayor riqueza de esta mujer. Extiende tu mano a los necesitados, en lugar de exigir lo que te falta: de este modo multiplicarás los talentos que has recibido.
Se aproxima la Navidad, tiempo de celebraciones. Cuántas veces, la pregunta que mucha gente se hace es: “¿Qué puedo comprar? ¿Qué más puedo tener? Necesito ir a las tiendas a comprar”. Digamos la otra palabra, “¿Qué puedo dar a los demás?”, para ser como Jesús, que se dio a sí mismo y nació propiamente en aquel pesebre.
Desde el pasado 1 de noviembre, Filipinas está siendo arrasada por fuertes tifones que están ocasionando terribles destrozos y sobre todo víctimas mortales. Vientos huracanados, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas han destruido poblaciones enteras.
Ante esta situación las Siervas de Jesús de la Provincia de Filipinas se han movilizado, en la medida de sus posibilidades dado el Covid 19, para socorrer tanta necesidad. Han podido tender su mano al pobre gracias a la ayuda recibida de todas partes: asociaciones, donaciones anónimas y sobre todo de la misma Congregación de Siervas de Jesús que desde distintas partes del mundo ha enviado y continúa enviando ayuda para paliar el sufrimiento y la carestía de tantos hermanos nuestros que se han quedado sin nada.
Desde aquí nuestro agradecimiento a todas las personas que están colaborando, enfermos, ancianos, trabajadores, voluntarios y tantos anónimos que con su generosidad están abriendo una puerta a la esperanza. ¡Gracias!