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Del 1 al 6 de agosto de 2023, se realizó en Portugal la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud. Un grupo de Hermanas Siervas de Jesús de la Caridad se unió al evento, y varias de ellas comparten la experiencia vivida:

Hna. Ana M.ª Vásquez, SdJ.

Un regalo del cielo

Me parecía increíble pero cierto, ponerme en camino hacía Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Ha sido un encuentro maravilloso, muy cansado, pero al mismo tiempo gozoso.

Un grupo de Siervas nos unimos a la Diócesis de León. Al principio todos éramos extraños, pero conforme iban pasando los días crecía la unión entre nosotros. Nos unía la convivencia, la oración, la celebración de la Eucaristía, participar juntos en tantos eventos, todo esto nos iba uniendo hasta llegar a sentirnos una familia.

Pasamos por el pueblo de Carapinheira (Coimbra), que se volcó con nosotros. También tuvimos el gran regalo de ir a Fátima, donde nos esperaba nuestra Madre del cielo, bajo su manto puse tantas intenciones, sobre todo la paz del mundo y el futuro de los jóvenes.

Al desplazarnos a Lisboa, nos alojamos en Estoril, donde participamos en el encuentro de los españoles con una Eucaristía presidida por el Cardenal Juan José Omella, que nos invitó a edificar la vida desde “la fuente de la felicidad que es Dios”.

En Belén, estaba ubicada la feria vocacional donde pudimos apreciar la diversidad de carismas, pero llamados a seguir al mismo Maestro, Cristo. Este lugar quedó grabado en mi corazón, allí vi al Santo Padre por primera vez y tuve la gracia de ser mirada y bendecida.

El día que nos trasladamos al parque Tejo para la vigilia de la noche y la misa de envío, fuimos en peregrinación cuatro o cinco horas caminando, estábamos agotados, pero fue bonito porque íbamos animándonos unos a otros, alguien me dijo: Hermana, disfrutemos como si fuera la única vez, esto despertó en mí el deseo de seguir el camino con fe y alegría.

Son tantas cosas vividas, pero lo que más me ha marcado ha sido ver a los jóvenes orar, confesarse y sobre todo llorar postrados en adoración ante Jesús Eucaristía, con esos deseos de encontrarse a solas con el Maestro. De la JMJ me quedo con esta frase: “No tengas miedo”.

Estoy enormemente agradecida a Dios por este regalazo, como decía el Papa Francisco: “Nadie está aquí por casualidad”. Agradezco a mi Congregación, a mi comunidad y a todas las personas que han hecho posible este encuentro, sobre todo a Sor Carmen, Thierry y todos los monitores que nos han cuidado tanto. Gracias de corazón a todos.

Hna. Massiel Jiménez, SdJ.

Dios nos ama como somos

Siempre había deseado visitar el lugar de las apariciones de nuestra Sra. de Fátima y ese momento finalmente llegó, sé que a Ella le debo esta oportunidad de participar en la JMJ de Portugal y haber podido estar allí ante su mirada maternal.

Durante la JMJ hubo momentos y frases que me impactaron:

“María se levantó y partió sin demora”:

 Uno de los Obispos, comentando este texto en la homilía dijo: Para levantarse primero hay que arrodillarse, arrodillarse ante la Eucaristía, arrodillarse para orar, arrodillarse para experimentar la misericordia y el amor de Dios en la confesión.

“Ligeros de equipaje”:

Una recomendación a la hora de peregrinar es ir ligeros de equipaje y en eventos como este, otra recomendación es no separarse del grupo. Durante estos días caminamos muchas horas, lo cual fue una gran oportunidad para valorar la familia, la comunidad, los amigos. Entre la multitud debíamos avanzar cogidos de la mano o de la mochila para poder llegar todos al mismo destino sin perdernos, es verdad que esto hacía el camino más lento, pero también más firme, seguro y acertado.

“Ceremonia de acogida”:

El primer encuentro con el Santo Padre me gustó mucho. Cuando empezó a hablar se hizo un gran silencio. Nos dijo: “Queridos jóvenes, os invito a pensar esto tan hermoso: Dios nos ama, Dios nos ama como somos, no como quisiéremos ser o como la sociedad quisiera que fuésemos. ¡Como somos! Nos llama con los defectos que tenemos, con las limitaciones que tenemos y con las ganas que tenemos de seguir adelante en la vida.

Solamente era esto lo que les quería decir: no tengan miedo, tangan coraje, vayan adelante, sabiendo que estamos “amortizados” por el amor que Dios nos tiene. Dios nos ama”.

Solo tengo sentimientos de gratitud a Dios, a mi comunidad y a cuantos han hecho posible que formara parte de esta maravillosa experiencia.

Hna. Susana Mallo SdJ

Quien sigue atrayendo y convocando es Jesucristo

Regresamos de Portugal llenas de gozo y gratitud. Gratitud a Dios por todo lo que nos ha regalado; a nuestra Congregación y nuestras comunidades por darnos esta oportunidad; a nuestros hermanos portugueses por su acogida y fraternidad sincera.

Hemos participado de este encuentro acogidas por la Diócesis de León en compañía de bastantes jóvenes en cuyos pueblos y parroquias son una minoría y que al encontrarse con miles de jóvenes que comparten la misma fe se sentían sorprendidos e impresionados.

Los primeros días vividos en Carapinheira (Coimbra) también fueron muy especiales, pues la gente sencilla del pueblo nos abrió su casa y nos hizo sentir parte de su familia a pesar de comunicarnos en «portuñol». Recibimos el cariño de todo el pueblo, de las familias, de las personas mayores del centro de día, donde nos prepararon un precioso homenaje compartiendo sus bailes típicos, sus tradiciones, su gastronomía…y nos siguieron cuidando, pendientes de nosotros hasta nuestro regreso a España.

Algo que me ha marcado, era escuchar a los chicos y chicas con los que íbamos, que necesitaban momentos de oración y silencio también en medio de las aglomeraciones, los conciertos, la animación, las caminatas…. y creo que esos ratos de adoración al Santísimo, las confesiones y las Eucaristías han sido los momentos fuertes de esta peregrinación hacia Lisboa, pues el que sigue atrayendo y convocando es Jesucristo.

Sigamos pidiendo por el Papa, por toda la Iglesia, por nuestra fe, para que el Señor les regale a muchos lo que nos ha regalado a nosotras.

 

Hna. Trần Thị Thanh Tú (Maria), Novicia Sd J

No tengáis miedo

Ha sido un regalo inolvidable asistir a la JMJ 2023. Nuestro viaje comenzó en el apacible campo de Carapinheira y luego en la ciudad costera de Estoril, lugar de gente sencilla y sensible. Cuando los conocí pensé que serían un poco distantes y extraños, sin embargo, me sorprendieron y me conmovió la forma de ser de los jóvenes, de los ancianos, de los niños, por la acogida y el cuidado, la preparación de los alimentos, las canciones, los bailes, los regalos, las sonrisas y lágrimas. Era como si fuéramos una familia, a pesar de las barreras del idioma y las costumbres.

Luego vinieron los viajes que teníamos que hacer casi en su totalidad a pie. Apareció el

cansancio y las dificultades, mucha gente se enfermó y tuvieron que dejar el grupo para irse por separado. En esos momentos sentí mi debilidad y oré, le dije al Señor: esto es mucho para mí, pero si quieres dame fuerza para glorificarte. El Señor me escuchó por intercesión de María, acompañándome a mí y a todos hasta el final del camino.

Por fin en Lisboa, en la Eucaristía de bienvenida, el Santo Padre destacó que Dios llama a cada persona por su propio nombre y nos repetía una y otra vez: No tengáis miedo. No tengas miedo de amar, no tengas miedo de fallar, no tengas miedo de caerte, no tengas miedo de levantarte, no tengas miedo de compartir.

Además, nos dijo que somos misioneros con la alegría. Cuanto me gustaría que muchos jóvenes pudieran sentir el mismo gozo que yo siento al entregar cada día mi vida al Señor.

Te invito, a ti joven, a hacer una experiencia de amor, a través de los más necesitados.