La Hermana Tran Thi Thanh Tu (María), novicia Vietnamita nos comparte su experiencia.
La mañana del domingo 16 de abril de 2023, no fue para mí como los demás domingos, sino un domingo muy especial, era el día de mi toma de hábito y el comienzo de una nueva etapa en el seguimiento de Jesús, daba inicio al noviciado.
Por eso, todavía hoy no puedo olvidar el sentimiento de ansiedad, sintiéndome indigna de ese momento tan especial. Entonces me pareció escuchar una voz interior que decía: ¿Todo esto es solo para mí? Pero, sobre todo sentí que era para que el nombre de Jesús fuera glorificado.
Estos sentimientos me dieron fuerzas para continuar con la Eucaristía y el rito de la toma de hábito. Fue una celebración muy solemne, con himnos, ofrendas y, sobre todo la cálida presencia de mis hermanas de Siervas de Jesús de la Caridad.
En la homilía, el Padre celebrante dijo, que recibir el hábito significa que deseo y debo ser imagen de Jesús. Es la imagen del discípulo en camino de evangelización, en el espíritu de Santa María Josefa.
Sé, que el hábito es una prenda sagrada y también un motivo de orgullo. Es cierto que soy una joven bajita y con muchos defectos que pulir, pero también sé hacía donde voy, la meta es Jesús, por tanto, tengo que esforzarme para ser imagen de Jesús y esto lo alcanzaré, no por mis medios sino con la gracia de Dios y poniendo toda mi confianza en su misericordia.
Mi corazón está lleno de agradecimiento, sobre todo a Dios. ¡Tomé el hábito el domingo de la Divina Misericordia! ¡Que gracia tan grande! Ese día, agradecí y pedí a Dios en silencio por tantas personas que han orado y se han sacrificado por mí. A Jesús le pido que derrame sus bendiciones sobre todos.
Hna. María, SdJ