Fue un momento de gracia el que vivimos este sábado 30 de septiembre, ya que asistimos a la 49 peregrinación de jóvenes a Luján. Unidas con nuestra parroquia del Niño Jesús, acogíamos a cada uno de los peregrinos en las distintas paradas de descanso e hidratación para que repusieran sus fuerzas y ánimo para continuar su peregrinaje.
Cuando uno va como voluntario, es también una peregrinación en servicio activo.
Recordaba al asistir a cada uno, como durante este año, el señor ha ido poniendo en mi camino personas claves que incluso no conocía, pero qué día a día me ayudan animándome a caminar en la fe…con una palabra, con su testimonio, con gestos concretos o su escucha atenta.
Este momento de voluntariado, lo ofrecía por las personas que no pudieron caminar, por distintos motivos, pero que como yo buscan llegar a los pies de María y desde allí ser ofrenda para Jesús. También tenía muy presente la vida de tantos jóvenes y adultos mayores que en este año he escuchado, que están sufriendo por enfermedad, por la situación económica o por la violencia.
Una intención que llevaba, es la de una señora que también caminaba en la peregrinación, con la súplica de la pronta recuperación de su hijo de 16 años, quien tiene un problema serio intestinal, debido a un impacto de bala. Ella sabe que María es madre, que también como ella experimentó en carne propia lo que es tener a su hijo que es violentado y torturado injustamente. Por eso, lucha y camina sin importar los kilómetros, el frío o el cansancio.
En la madrugada cuando nos dirigimos a la explanada de la Basílica, nos encontramos con otras tres hermanas Siervas de Jesús que con la parroquia a la que pertenecen estuvieron haciendo su voluntariado y, unidas a muchísimos jóvenes, celebramos la Santa Misa… se nos invitaba a poner la lámpara con la luz de Cristo en alto, sin esperar que cambie el entorno o las personas que nos rodean, ser luz para aquellos que poco a poco se han ido apagando; sabiendo que somos amados por Jesús y llamados por Él a ser la luz, a ser esperanza. Monseñor citó una frase que su santidad el Papa Francisco dijo a los jóvenes en Lisboa: “Quien ama no se queda de brazos cruzados, quien ama, sirve, y quien ama corre a servir, corre a entregarse en el servicio a los demás.”
Fue un momento especial, ya que iniciamos el 1ero de Octubre, día del aniversario de la canonización de Nuestra Santa Madre Fundadora, a los pies de María de Lujan, recibiendo a Jesús Eucaristía y sirviendo como Siervas de Jesús de la Caridad.
Agradecemos al Señor por tanto amor y sobre todo por darnos esta gracia, junto a María, Virgen Santa de Luján.
Hna. Yamilet Rosales, SdJ
Villa Lugano. Bs.As. Argentina,
octubre 2023.