La comunidad de Siervas de Jesús de la Caridad que estamos en el Hospital Oncológico Infantil, queremos compartir nuestra misión.
En un lugar como este, no te sostienes si no tienes a Cristo como el Rey de tu ser; como muchos, también vivimos preguntas sin respuestas, pero a ejemplo de María que sin entender acepta el mensaje con alegría, decimos: “Hágase” y damos una respuesta de amor.
Es complicado hablar de alegría junto a una palabra que aterra pronunciar (cáncer), pero es una realidad que enfrentan nuestros niños, y sus padres; ellos nos enseñan a fiarnos plenamente de Dios y a tener la certeza de que es Él, quien tiene la última palabra.
Navidad, tiempo de esperanza. ¿Qué es esperanza? Una virtud teologal que nos mueve a sonreír, que nos mantiene de pie, nos da paz, consuelo, confianza; te enseña a valorar la vida y aprovecharla al máximo. Es tan complicado para un ser humano sonreír cuando por dentro lo único que sientes es la impotencia de no poder hacer nada ante esta terrible enfermedad.
Frente al pesimismo que puede aterrizar, animamos a nuestros niños y sus padres con la fuerza de Dios; los padres luchan incansablemente por la vida de sus pequeños, a ambos, los sumergimos de lleno en ese camino de abandono y confianza que también nosotras vivimos.
La vida es un tesoro, no la desperdicies. Estamos abiertas al don de la vida y compartimos lo maravilloso y grande de existir. Cada niño desde el primer momento de su concepción es esperanza para el mañana, como lo fue para el género humano el nacimiento del Niño Dios. Estar a favor de la vida, es sembrar y ayudar a crecer la semilla de esperanza que Dios deposita en cada corazón, legando la posibilidad de una sociedad más comprometida con todos los derechos humanos.
Por eso queremos que te unas en Navidad al canto, a la oración de cientos de niños que luchan por ganar esta batalla. ¡Y por sus padres, que esperan anhelantes la victoria, fiados del Dios que vence a la muerte con la vida! Nace nuestro Salvador y con Él renace nuestra esperanza.