Noviciado América. Villa Lugano.
Argentina
“Tú me has seducido, Señor y yo me dejé seducir y, ahora soy solo para ti”.
Este día, sin duda alguna, ha sido de mucha alegría. He podido experimentar de forma especial el inmenso amor de Dios.
He puesto en las manos del Señor los dones que de Él he recibido, la vida, la fe, la vocación, las cualidades. Pero también he puesto mi debilidad para que Él, que comenzó su obra en mí, la lleve a feliz término.
Con la ayuda de Aquel que es Amor y Misericordia y con la oración de mis queridas hermanas y familia, seguiré adelante por el camino que Él me va mostrando.
Hna. Fátima Hernández, SdJ
El pasado 27 de septiembre, nuevamente nuestro Noviciado de América en Villa Lugano se vistió de fiesta por la Toma de Hábito de nuestra Postulante Fátima.
Fue un día de convivencia familiar, vinieron hermanas de las comunidades de Buenos Aires y La Plata. También nos acompañaron los Siervos Laicos y Amigos de la comunidad, así como compañeros del Centro de estudios Santo Tomás de Aquino donde recibimos nuestra formación.
Presidió la Eucaristía nuestro Párroco, el Padre Gabriel Marronetti y concelebró el Padre Ricardo Ochoa y también estuvo el Diácono permanente Jaime.
En la homilía el Padre Gabriel, destacó algunos valores de la familia de Fátima, sobre todo la fe y también le dijo: “Querida Fátima, para este día tan especial donde vistes por primera vez el Hábito de Sierva de Jesús, elegiste el texto del profeta Oseas ´Yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón´. Es verdad que, en el silencio del desierto y en lo profundo del corazón es donde se madura el llamado. Donde escuchamos esa voz que nos invita a una relación de intimidad. Donde uno se siente conocido como nadie nos conoce y, donde experimentamos que hay alguien que nos sostiene con su amor. Y eso que se vive en el desierto y que disfrutamos en soledad no lo podemos ocultar. Dice Jesús en el evangelio que no se enciende una lámpara para ponerla debajo de la cama. Por eso hay momentos como este, en el que se nos pide que hagamos una confesión pública de nuestra fe. Que digamos claramente y sin dudar nuestro sí. … a nosotros nos hace bien tu sí, porque, al acompañarte, recibimos la gracia de poder hacerlo. Del que está en camino, caminando a tu lado, como el peregrino de Emaus.
En el evangelio que recién escuchamos, Jesús envía a sus discípulos. Es decir, si nos llama, lo hace para una misión. Y esa misión consiste en un anuncio y una acción. El anuncio es el de la presencia del reino y la acción, al de sanar a los enfermos. Como Sierva, tu presencia va a ser presencia de reino y tu cercanía con los enfermos, el consuelo que necesiten para enfrentar su enfermedad. Es llamativo que en este discurso misionero, Jesús habla más de lo que no tenemos que llevar, que de lo que sí tenemos que llevar. Y eso lo hace porque lo más importante es que, al que se cruce en nuestro camino podamos darle al mismo Jesús.
Le pedimos a los santos que hoy recordamos, te ayuden en esta entrega. A san Vicente, porque hoy es su día, a Santa María Josefa, que además fue Beatificada un día como hoy hace 31 años, a San José y a la Virgen, que te acompañen desde el cielo en este camino de inicio de Noviciado y de consagración personal.
Después de la Eucaristía pudimos disfrutar de una convivencia muy familiar en nuestro jardín. Damos gracias a Dios por el paso al noviciado de nuestra querida hermana y rogamos al Dueño de la mies que siga enviando obreros a su viña.