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Peregrinación del Consejo de la Asociación de Laicos Siervos de Jesús 

Todo comenzó en los primeros días del mes de octubre del año pasado… La idea empezó a surgir en algunas conversaciones en el Consejo General de los Laicos Siervos de Jesús en las que hablamos de la posibilidad ir a visitar los sitios fundacionales que han marcado la vida y espiritualidad de nuestra Santa Madre María Josefa del Corazón de Jesús. Empezó como un sueño y, poco a poco, se fue haciendo realidad, con mucha ilusión y no pocos contratiempos, aunque es verdad que desde el primer momento percibíamos que era ella, nuestra Santa Madre, la que estaba guiando las cosas.

Fue así como el 23 de febrero del presente año arribamos a la Casa Madre, en Bilbao, comenzando un itinerario espiritual al que habíamos acordado llamar: “Tras los pasos de Santa Mª Josefa”. Allí nos encontramos con una hermosa comunidad que nos acogió con gran amor, lo que ha sido el común denominador de todas las casas de las Siervas de Jesús que tuvimos el honor de visitar.  

Estar en la capilla y orar ante el sepulcro de nuestra Madre Santa Mª Josefa fue uno de los momentos más emotivos y especiales del viaje. Nos sentimos profundamente unidos a Ella, en un mismo corazón, bajo el lema “Amor y Sacrificio” y allí, como en todos los lugares que hemos visitado, presentamos a todos y cada uno de los miembros de nuestra Asociación de Laicos Siervos de Jesús. Recorrimos la Casa Madre y especialmente en el relicario pudimos admirar más reliquias y otros objetos de su uso que se conservan con tanto cuidado y veneración desde los primeros tiempos, y que reflejan la sencilla vida de santidad de nuestra Madre. También vimos la tarea que hacen desde el comedor social en el que se reparten más de 100 desayunos al día a las personas más necesitadas y en el que colaboran con las Hnas. varios voluntarios y Laicos Siervos de Jesús.

Al día siguiente nos acompañaron en el recorrido por las calles de la Villa relacionadas con las Siervas de Jesús, “tras los pasos de Santa Mª Josefa”: pasamos por la estación de ferrocarril, la parroquia de San Antón, la casa de las religiosas de las Hijas de la Cruz en la calle de la Ronda en la que hicieron los primeros Ejercicios Espirituales dirigidos por don Mariano José, la Catedral del Apóstol Santiago y otras calles del Casco Viejo de la cuidad, en las que no era difícil imaginar el paso de las primeras Siervas, en aquel Bilbao de finales de siglo XIX. Lo que antes conocíamos por los vídeos y biografías de la Santa ahora lo teníamos ante nuestros ojos y no queríamos perder ningún detalle sino empaparnos bien de todo, como de la lluvia que empezaba a caer y nos acompañó en muchos momentos de esta peregrinación, siendo una característica del lugar.

También visitamos y compartimos momentos llenos de alegría con las comunidades de nuestras hermanas Siervas de Jesús de Bilbao: estuvimos en el Sanatorio Bilbaíno, la Residencia Madre Fundadora de Deusto y el Centro de Acogida ¡Gracias por vuestro testimonio y vuestra acogida!

Vitoria fue otra etapa de nuestra peregrinación. Allí tuvimos la bendición de estar en la casa donde nació nuestra Madre Corazón, hoy convertida en Museo, en el que se percibe, una vez más, su presencia, en tantos detalles. También estuvimos en la cercana iglesia parroquial de San Pedro, en la que rodeamos con emoción la pila en la que fue bautizada nuestra Santa, y visitamos la iglesia de San Miguel, donde está la Virgen Blanca, patrona de la Ciudad y devoción mariana de los primeros años de Santa Mª Josefa. También aquí pudimos estar en la comunidad de hermanas mayores, con las que compartimos un gran momento espiritual, y en la Residencia Juan Pablo I, en un paraje precioso, y en la que las Siervas de Jesús atienden con dedicación a más de 120 residentes.

La visita al Santuario de Lourdes (Francia) fue el siguiente paso de nuestro itinerario, siguiendo a Santa Mª Josefa, que le profesaba gran devoción y estuvo allí en varias ocasiones, como ha quedado recogido en las crónicas de la época. Llegamos como peregrinos a poner en las manos de nuestra Madre Inmaculada la Asociación de Laicos Siervos de Jesús, de los Hnos. Siervos y del Instituto de las Siervas de Jesús. Que el agua de Lourdes, manantial y fuente de salvación, nos purifique y bendiga a todos.

Y no podía faltar en nuestro recorrido la peregrinación a otro gran santuario relacionado con nuestra Santa: San Miguel in Excelsis, en la Sierra de Aralar, donde nuestra Madre Fundadora recibió el milagro de la curación de sus piernas cuando era niña. Allí estaban las mismas cadenas por las que sus piadosos padres la pasaron con fe y bajo las que pasamos ese día cada uno de nosotros, en un momento de silencio orante y emocionado, solo interrumpido por el roce de las cadenas ¡Quién como Dios! ¡Nadie como Dios!

Con el marco de un precioso paisaje nevado rodeando el Santuario del Santo Arcángel, tuvimos la gran bendición de encontrarnos allí con la Madre General y algunas Madres del Consejo y compartir juntos este paso por un magnífico lugar, unidos en la comunión y fraternidad que da el compartir un mismo carisma.

Un sacerdote local, al que acompañó en el presbiterio Alfredo, nuestro diácono director, celebró la Eucaristía para el grupo, y vivimos otro gran momento de bendición y gracia.

Pasaban los días, cargados de experiencias, y el sábado 2 de marzo llegamos a Madrid como nuestra última parada. La comunidad de las Siervas nos recibió, igual que lo habían hecho las anteriores, con mucho amor y gran alegría. En la tarde pudimos visitar algunos lugares típicos del centro de la ciudad y, sobre todo, la capilla de Santa Mª Josefa en la Catedral de La Almudena; y allí, junto a la Virgen, terminamos nuestro recorrido.

Queremos mencionar especialmente a nuestra delegada general, Sor Carmen Señor, que nos acompañó en todo momento, con su presencia y con la oración, y que fue clave para poder realizar esta peregrinación.

A Madre Martina y Madres del Consejo, a las Madres de las comunidades por las que pasamos, a la gran cantidad de religiosas Siervas de Jesús que nos acogieron con tanto cariño y que con sus testimonios imborrables de fe, entrega, fidelidad, perseverancia y servicio y, sobre todo, de un amor sin límites, que no pasará nunca, les decimos… ¡Gracias, de todo corazón! ¡Que Dios las siga bendiciendo!

Esta peregrinación “Tras los pasos de Santa Mª Josefa” ha renovado nuestra entrega y compromiso, ha fortalecido y profundizado nuestra identidad como Laicos Siervos de Jesús y nos ha abierto la mirada y corazón para ser más conscientes de la belleza del carisma que compartimos y que deseamos hacer vida cada día. Realmente… ¡somos y nos sentimos familia!

Deseamos poder transmitir y hacer partícipes a toda la Asociación de Laicos Siervos de Jesús todo esto que hemos vivido, para exclamar juntos, con el salmista:

¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!”.

Consejo General de la Asociación de Laicos Siervos de Jesús, marzo 2024.