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Te damos gracias Señor de todo corazón” (Salmo 138)

En las primeras fundaciones, Santa María Josefa decía a las Hermanas: “Todas las obras tienen su principio; si se echan buenos cimientos, el edificio será fuerte… Y añadía: Continúen agradecidas a Dios y no atribuyan todo a sus méritos, sino a la generosidad del Señor que aún en esta vida premia los sacrificios que por Él se hacen; oren mucho para que el Instituto prospere y se ganen muchas almas para Dios”.

En nuestros días, a las Hermanas de Vietnam también las animaría con estas mismas palabras, ya que es una joven fundación con algo más de seis años.

El pasado día 3 de noviembre, la Comunidad de Ho Chi Minh recibió la visita de Madre Martina Espinal, Superiora General y Madre Adriana Mendoza, Secretaria General. Las Hermanas con gran alegría comparten lo que ha significado para ellas esta visita:

Han sido días de gracia, ya que es la primera vez que Madre Martina Espinal nos visita. Las esperábamos con mucha ilusión y agradecimiento, pues valoramos el amor y sacrificio que suponía para ellas viajar a Vietnam. Ellas sabían que tenían venir sin el hábito religioso, pues a una persona extranjera no le está permitido, para evitar que hagan promoción del catolicismo, ya que estamos en un país comunista. Solo se puede usar dentro de las parroquias y las religiosas que tienen autorización para ello.

Otro punto importante en esta visita ha sido el idioma, pues aquí rezamos y nos comunicamos en inglés y vietnamita. Nuestras jóvenes han aprendido algunos cantos y oraciones en español para acompañar a las Madres en la liturgia. Pero nos hemos entendido muy bien con el lenguaje de las señas, que todos entendemos, y sobre todo con el del corazón, pues nos hemos sentido muy queridas y valoradas por Madre Martina, en especial las jóvenes formandas.

Nos consideramos bendecidas y damos gracias a Dios por esta visita a nuestra Comunidad. El compartir con Madre Martina nos ha llenado de alegría y ánimos para seguir adelante en fidelidad a Jesús, llevando y cuidando el tesoro de la vocación de Siervas de Jesús de la Caridad. Nos ha animado a seguir “echando las redes” en la promoción vocacional en Vietnam.

En uno de los días de la visita, nuestra joven vietnamita Quý, ha pasado al Postulantado. Ahora son dos postulantes y una aspirante.

Queridas Madres, que Dios recompense su entrega y generosidad. Esta pequeña Comunidad de Ho Chi Minh les está profundamente agradecida y las seguirán acompañando con el cariño y la oración.

Hna. Mónica Reyes, SdJ