El día 2 de febrero, la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor.
El Papa Francisco, dice: “la regla fundamental de la vida religiosa es el seguimiento de Cristo propuesto por el Evangelio” y la búsqueda constante y diaria del Señor”.
En este día tan significativo para los Consagrados compartimos el testimonio de varias Siervas de Jesús de la Caridad que hace apenas unos meses han hecho su Consagración Perpetua al Señor.
Hna. Elisabeth Estela Tirado, SdJ
“He aquí la esclava del Señor» Lc.1,38
El día 21 de noviembre del año pasado se cumplieron en mí las palabras de Oseas 2, 21: “Tú serás mi esposa para siempre”.
Desde la víspera de mi Profesión estuve muy acompañada de toda mi comunidad que me mostró muchas muestras de cariño. De mis queridos padres que rebosaban felicidad al verme tan feliz. De Madres y Hermanas queridas que me hicieron sentir parte de una gran familia.
Unos días antes de la Profesión tenía un poco de miedo, dudas e incertidumbre por lo que iba a significar para mí estar consagrada al señor para siempre, pero me abandoné a Él y le dije: “Aquí estoy, dispuesta a lo que Tú quieras de mí”.
No tengo palabras para describir el momento de la Consagración, lo único que puedo decir es que he sido revestida por la gracia de Dios y su Santo Espíritu y me ha hecho sentir su amor infinito; ha sido un momento único y grandioso en mi vida, y sólo me queda decir: “Gracias Señor por tu amor, no abandones la obra de tus manos”, y confío plenamente que, El que me ha dado la gracia para prometerlo me la dará también para cumplirlo.
Quiero agradecer a toda mi Congregación, a mi Superiora General, Madre Martina Espinal y su Consejo, a mi Superiora Provincial, a todas las Madres y Hermanas de mi querida Provincia de San José, gracias por acompañarme, por sus oraciones y consejos. Cuenten con mis oraciones.
Hna. Marie Paule Simonie Zobo, SdJ
“Doy gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Salmo 117)
Con María quiero proclamar su grandeza y bendecir su Santo Nombre, pues se ha fijado en mi nada, llamándome a compartir su vida y eligiéndome a formar parte de sus Siervas con la gracia de la Profesión Perpetua.
Fue un día especial que las palabras no llegan a describir.
La misa tuvo lugar en la Parroquia de Sta. María Magdalena, Douala (Camerún). Fue presidida por el Rvdo. P. Sebastien NKOA, dominico, con quien concelebraron cinco sacerdotes. Todo fue sencillo, profundo y bonito. Después compartimos la mesa en el salón de la comunidad.
Me sentí muy acompañada por todas mis Hermanas Siervas de Jesús y familia. Que Dios les pague todo. Solo puedo gracias. Mi corazón está lleno de gratitud hacia Dios que se sigue fiando de mí a pesar de mi pobreza.
Agradezco a nuestra Madre General y Consejo su confianza y acogida en esta, nuestra Congregación.
Agradezco a todas las Madres y Hermanas que con sus consejos y ejemplos han sido instrumentos divinos para que yo pueda acoger y seguir la llamada a ser Sierva de Jesús. Agradezco de manera especial a las Hermanas han dejado una huella en mi alma durante mi estancia en España y a toda mi comunidad.
Doy gracias a mis padres y a toda mi familia por animarme y sostenerme en este camino, por su presencia alegre y su oración. Ahora más que nunca cuento con las oraciones de todos para seguir fiel y generosamente mi vocación.
Hna. Betty Saida Pérez Mego, SdJ
“Hay tiempo para todo menos para rendirse”
Soy la Hermana Betty Saida Pérez Mego, original de Perú, departamento de Cajamarca, Provincia de Cutervo, distrito de Socotá. Nací en el seno de una familia cristiana. Mis padres me educaron en la fe y en la caridad. Gracias a Dios tuve una infancia, niñez y adolescencia muy bella, con altos y bajos, superando defectos y adquiriendo virtudes. Mi familia no es perfecta, pero son un don de Dios para mí y yo para ellos un regalo de Dios.
Sentí en mi juventud la llamada de Dios a vivir en una vocación especial de entrega total a Cristo. Agradezco a mis padres y hermanos por su apoyo y por no negarse a que siguiera mi vacación religiosa.
Hago mías las palabras del profeta Jeremías: “Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre. Antes que tú nacieras te conocí y te consagré”.
Doy gracias a Dios y a mi Congregación por la oportunidad que me han dado de vivir en diversos países, ha sido una gran riqueza en mi proceso de formación. Me siento llamada a ser expresión de la ternura del Señor, confiando en su gracia y su fuerza, que se me dará en cada momento para lo que Él me pida.
El día 8 de diciembre de 2022, hice mi Profesión Perpetua y solo tengo palabras de agradecimiento a Dios, a mi Congregación. Al Señor le agradezco el don maravilloso de la vocación, el sostenerme cada día con su amor y gracia, por darme fuerza y valor para seguir siempre adelante, apostando todo por Cristo, sirviendo con “Amor y Sacrificio” a ejemplo de Santa María Josefa del Corazón de Jesús.
Invito a los jóvenes a apostarlo todo por el Señor, a que no tengan miedo de responder al precioso de la vocación. Es un camino de mucha paz interior que se vive en la sencillez y el silencio de cada día.