“Estuve enfermo y me visitasteis”. (Mt. 25, 36)
Este apostolado fue el primero que ejercieron Santa María Josefa y las primeras Siervas de Jesús.
En la Asistencia a domicilio, las Hermanas despliegan su celo apostólico con los enfermos, prestándoles atención sanitaria, atendiéndoles en sus necesidades, presentándoles la asistencia espiritual, compadeciéndose y animándoles a llevar la enfermedad, complaciéndoles en todo aquello que está a su alcance. Son también una gran apoyo para los familiares y consuelo durante los problemas. Muchos enfermos son hospitalizados permaneciendo en soledad en los centros, siendo en muchas ocasiones la Hermana su única compañía.
Hospitales y clínicas:
“Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas” Sal 147.3
En los hospitales, clínicas y sanatorios se procura dar a los enfermos una buena atención profesional, con las mejores técnicas sanitarias. Sobre todo se intenta crear auténticas comunidades hospitalarias, en las que, la atención a los enfermos sea lo más humana posible, manifestándolo a través de gestos y formas durante su hospitalización.
Nuestras Clínicas y Hospitales son campo de misión. Estos centros suponen en ocasiones, la única oportunidad de relacionarse con religiosas, sacerdotes y con los sacramentos, además de la experiencia de la enfermedad con sus interrogantes. El equipo de Pastoral está muy atento para acompañar a los enfermos y sus familias en esos momentos.
Policlínicos y dispensarios:
“Gratis habéis recibido, dad gratis” Mt 10, 8
En los dispensarios, la presencia de las Hermanas y la realización del apostolado benéfico les permiten, a través de su caridad y acogida, establecer una relación personal con los que llegan en busca de alivio a sus enfermedades. En muchas oportunidades son consejeras, llevando el mensaje de salvación unido al trabajo profesional.
Este apostolado, presente en su gran mayoría en América Latina y Asia, ha sufrido algunos altibajos en la última década por el auge de la sanidad pública en algunos países, no obstante sigue siendo una misión importante donde la pobreza hace, a veces, su aparición más injusta y dolorosa. En este campo, la presencia de la Sierva de Jesús se convierte en grito silencioso y nuestro servicio en nombre de la Iglesia en respuesta clara y contundente de nuestra opción por los que más lo necesitan.
“Formemos en el Corazón divino de Jesús
nuestro centro para comunicarnos con Él;
podemos hacerlo con la frecuencia que deseemos,
sin temor de molestar a nadie:
sólo con Jesús será nuestra intimidad”.
Residencias para la Tercera Edad y Centros de día:
“Las canas son corona de gloria, el fruto de una vida honrada” (Prov 16, 31)
Los ancianos, a quienes falta el vigor físico fundamental para el desarrollo normal de sus actividades humanas, necesitan de la caridad para llegar al término de su vida con paz y serenidad.
La vivencia de este ministerio, muy actual dadas las circunstancias demográficas, sobre todo en Europa, constituye una presencia y un campo de misión muy importante para las Siervas de Jesús, donde se busca dignificar la última etapa de la vida, don de Dios.
La Congregación atiende numerosas residencias de la Tercera edad, en Europa, América y Filipinas.
Guarderías infantiles:
“Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará” (Prov 22,6)
“Hermanas, qué grande es la misión de la Sierva de Jesús. Sólo en el cielo la comprenderemos. Como Jesús salía en busca de las almas, así la Sierva de Jesús sale cada noche de la casa religiosa y va a la casa del enfermo a ejercer la misión. La Sierva de Jesús es un apóstol predicando con el buen ejemplo”.
Los niños son nuestro apostolado más tierno. Con ellos aprendes mucho más de lo que enseñas, porque hay algo que los niños nos regalan: su inocencia. Por eso nuestra misión es proveerles, no solo en lo material de todo lo que necesiten, sino también llevarles a Jesús. Hacer crecer la semilla de Dios en ellos es importante.
Sin duda trabajamos por Cristo, pero no debemos olvidar que lo importante es trabajar con Cristo. Sólo con Él la vida de la Sierva de Jesús será mensaje de consuelo y salvación.
Centros de enfermos crónicos VIH.
“Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza” (Jr 17, 14)
Abiertas a las necesidades de la sociedad y del mundo, hace años, abrimos el Centro de Acogida “Santa María Josefa” para enfermos de VIH.
Los enfermos de VIH son sin duda una de las periferias existenciales a las que el Papa nos invita a salir para llevar el mensaje sanador de Jesús. En estos centros nuestro carisma se manifiesta como presencia profética en la atención a estas personas marcadas por la enfermedad y la marginación social, llevándoles la buena noticia de la sanación a través de la acogida, el respeto y la cercanía.
Comedores:
“Porque tuve hambre y me disteis de comer, sed y me disteis de beber” (Mt. 25, 35)
Dar de comer al hambriento y de beber al sediento son obras de misericordia, son parte de nuestro carisma que busca mostrar el rostro y las entrañas de misericordia de Dios, que cuida de sus hijos.
Dadles vosotros de comer…. hoy también nos lo dice el Señor y nos invita a confiar en Él, en su Providencia, y dar a nuestros hermanos alimento para el cuerpo y también para el alma. No hemos ignorado este llamamiento y nuestra respuesta se ha traducido en la puesta en marcha de los comedores sociales saliendo al paso de la realidad actual ya sea en ámbitos de pobreza o crisis económica. Esta última nos ha hecho ampliar, dentro de la fidelidad, nuestro campo apostólico, en Europa, América y Filipinas.
Pastoral de la salud:
“Pónganse siempre de parte del que sufre”. Sta. María Josefa
Insertas en las realidades locales de la Iglesia, las Hermanas complementan la Pastoral de la salud, visitando enfermos en sus casas durante procesos de enfermedad, hospitalización domiciliaria, convalecencia y sobre todo, acercándoles los sacramentos.