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Nuestra Hermana Ilda Tene, el pasado 1 de julio, celebró sus Bodas de Plata en la Casa Provincial de Bogotá. Con sencillez nos comparte su experiencia.

Al recordar y contemplar estos 25 años de mi vida religiosa, puedo exclamar a ejemplo de la Virgen María: Gracias Señor por fijar tu mirada en esta humilde Sierva.

Gracias, por sostenerme en tus benditas manos todo este tiempo, de lo contrario, no estaría aquí, porque en este recorrer de mi vida, ha habido momentos de crisis, cansancio y deseos de coger otro rumbo… Sin embargo, tu infinita misericordia me ha sostenido.

Así mismo, pasan por mi memoria los nombres de muchas Madres y Hermanas que me han acompañado en este caminar, apoyándome con su ejemplo de vida, consejos, correcciones, palabras de fortaleza, etc. A través de ellas, fuiste tú Señor Jesús, quizá en esos momentos no lo reconocí, pero ahora te agradezco por darme ese regalo maravilloso de mis hermanas.

Igualmente, reconozco que tus manos benditas me han moldeado a través de los diferentes acontecimientos que me has permitido vivir en esta andadura de mi vida. Gracias Señor, por todo lo que continuamente realizas en mí.

Gracias Señor, ya que a través de mi Congregación me has colmado de beneficios: el carisma y espiritualidad, ejercicios espirituales, formación permanente, formación académica, experiencias en diferentes apostolados y en diferentes países, con sus culturas y costumbres, todo esto es una riqueza.

Con el salmista me pregunto: ¿Cómo te pagaré, oh Señor, todo el bien que me has hecho? Y respondo tomando la oración de S. Ignacio de Loyola: “Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, disponed de ello a vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta. Amen”.

 

 

 

Hna. Ilda Tene Guamán, SdJ