Atención integral a personas sin hogar en la que fue la casa de las Siervas de Jesús de la Caridad.
Este pequeño escrito nace desde el más profundo agradecimiento a todas las Siervas de Jesús de la Caridad, pero de manera especial a todas las que desempeñaron su labor pastoral en Durango, Bizkaia. Su generosidad y su amor a las personas empobrecidas ha hecho posible que, en Durango, la antigua residencia de la comunidad se haya convertido en un centro de día para las personas sin hogar.
Deseo hablarles de los inicios de Etxepel, el proyecto de Cáritas para personas sin hogar que se asienta en la antigua residencia de las Siervas de Jesús de la Caridad en Durango. Hablar de los inicios es siempre una buena excusa para recordar aquello que quisimos ser y hacer; refrescar nuestros sueños y deseos. Los inicios permiten caer en la cuenta de todo lo que hemos realizado, pero también de todo aquello que, por negligencia o impotencia, hemos dejado de hacer o no hemos podido hacer. Por ello, nuestros sentimientos ante el Señor son de agradecimiento y al mismo tiempo de petición. Que el Señor siga acompañándonos y siga empujando a realizar aquello que todavía nos falta por lograr.
Los inicios se remontan al año 2010. En septiembre de aquel año, el que escribe fue nombrado párroco de Santa María de Durango. Recién llegado de América Latina, el encuentro con las mujeres que formaban el voluntariado de Cáritas fue un regalo impagable. Comprobar su fortaleza y compartir sus ganas de trabajar hizo posible que comenzáramos a soñar con lo que más tarde sería Etxepel.
Inmediatamente tuvimos los primeros intercambios de ideas en la Mesa de Cáritas de la Unidad Pastoral. Todo lo que veníamos haciendo estaba bien, pero siempre había lugar para hacer algo más, dar un salto en favor de las personas empobrecidas de nuestro sector. Pronto salió a relucir el problema de las personas sin hogar. A diario veíamos personas en las puertas de las iglesias, hablábamos con ellas y nos compartían sus problemas. Había personas necesitadas que no tenían donde ir, dormían en la calle o, simplemente, carecían del calor de un hogar.
A comienzos del año 2011, tuvimos un encuentro con Mikel Ruiz, en aquel entonces director de Cáritas. Se mostró receptivo y nos invitó a seguir dando los pasos adecuados.
Orientados hacia un proyecto para personas sin hogar, la Mesa solicitó a las responsables de Caritas un informe sobre el problema de sinhogarismo en la zona de Durango.
El informe se presentó en mayo de aquel mismo año. Teniendo en cuenta lo que entonces ofrecía la parroquia (un piso de 140 m2 y un solar de 1200 m2), y teniendo en cuentas las necesidades existentes, el informe era favorable a la apertura, en una primera fase, de un piso de autonomía y en una segunda, de un centro integral de atención a personas sin hogar. El siguiente paso consistía en buscar a la persona que liderara el proyecto. A comienzos del curso 2011-2012, la Mesa solicita a Cáritas la contratación de Alberto Estefanía, que a la postre sería el director de Etxepel.
El nuevo curso sería crucial para definir el proyecto que deseamos. El 5 y 22 de noviembre de 2022, la Mesa de Tabira, el consiliario y Alberto se reunieron en la Casa de las Mercedarias de Berriz para definir el proyecto: qué queríamos y cómo lo queremos conseguir. En la segunda reunión participaron Mari Tere, consiliaria de Cáritas, Rosa, Esther Barrero y Urtza, estas tres últimas profesionales de Cáritas.
En aquellas inolvidables sesiones quedó claro que deseábamos construir un proyecto integral para dar respuesta a las necesidades de las personas más desfavorecidas de nuestro entorno, especialmente a las personas sin hogar, persiguiendo la trasformación de la Iglesia local y la transformación social de la realidad. Estaba claro que el proyecto debía tener tres dimensiones, a las que se concedíamos la misma relevancia. Estas dimensiones eran:
- Dimensión social. Pretendíamos dar una respuesta integral a la situación de personas en exclusión o en riesgo de exclusión, buscando su incorporación social, apoyándolas y acompañándolas en este proceso y fomentando su participación y promoción.
- Dimensión pastoral. Buscábamos trasformar la Iglesia local y contribuir a abrirla para que las personas desfavorecidas tuvieran una mayor participación en ella. Así mismo, soñábamos con una comunidad eclesial con un mayor compromiso social por la justicia. Éramos muy conscientes que Jesús tuvo muy presente en su vida a las personas empobrecidas. Jesús vivió con ellas, vivió como ellas y luchó por sacarlas de su situación. Quienes nos sentimos sus seguidoras recibimos la llamada a imitar su ejemplo.
Con aquel proyecto deseábamos contribuir al compromiso social por la justicia de nuestra Iglesia y a la presencia de las personas empobrecidas en todas sus esferas. Por este motivo, dejamos claro desde el comienzo que las profesionales implicadas en el proyecto debían tener una visión pastoral del mismo. Siendo Cáritas nos sentimos Iglesia. Somos Iglesia siendo Cáritas.
- Finalmente la dimensión estructural o de transformación social. Nos interesó la dimensión social porque desde ella entendíamos que el proyecto debía ayudar a erradicar las causas que llevan a las personas a vivir en pobreza. Fuimos conscientes que la denuncia de las injusticias, como una de las características esenciales de la dimensión social, podía poner en riesgo el proyecto ante las entidades que nos subvencionan.
En la segunda de aquellas reuniones aprobamos el nombre Etxepel. Lo aprobamos porque era un nombre con carácter, un nombre que dice mucho: etxe, casa u hogar, y epel, cálido. Etxepel deseaba ser un hogar acogedor y cálido para todas las personas que se acercaran a ella.
Esto es lo que quisimos. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, somos conscientes de la fuerza que ha ido tomando la primera de las dimensiones, provocando que las dos últimas hayan casi desaparecido.
Etxepel siguió adelante y, como pueden imaginar, no faltaron las reuniones. Sin embargo, hay un momento que no podemos olvidar; una fecha clave para el desarrollo de Etxepel.
El primero de diciembre de 2012, el Director de Cáritas y la Madre Soledad García, entonces Superiora General, firmaron, en presencia de los responsables de Etxepel y la Madre Piedad Fernández, entonces Ecónoma General, el acuerdo de cesión del antiguo convento para que Etxepel pudiera comenzar a trabajar. No constó mucho convencer a las hermanas. Desde el inicio, siempre consideraron que Etxepel era parte de su familia y seguía el camino marcado por Santa María Josefa del Corazón de Jesús. Finalmente, y tras algunos años en funcionamiento, Etxepel fue inaugurado oficialmente el 27 de junio de 2014.
Finalizo con un recuerdo imborrable. Antes de verano, murió Josean, uno de los primeros amigos que llegó a Etxepel. Su funeral se celebró en domingo y no pude asistir. Sin embargo, le visité en el tanatorio y departí con su familia. Para Josean, como para otros amigos y amigas de Etxepel, el mundo era demasiado pequeño y demasiado “corriente”. No encajaban demasiado bien en él. Su sobrina y su hermana me dijeron que los años que Josean estuvo en Etxepel fueron los más felices de su vida. Eskerrik asko, gracias a todas las personas que habéis y han hecho posible la felicidad de Josean y todas nuestras amigas y amigos de Etxepel.
José Agustín Maiz, sacerdote
octubre 2024
Lekeitio (Bizkaia)