El 7 de septiembre de 1842, nació Santa María Josefa, víspera de la Natividad de la Virgen María, a quien tanto amó. Su infancia fue sencilla, como toda su vida. Ella fue elegida por Dios desde la sencillez para ser una gran mujer desde el Corazón de Jesús.
Hoy celebramos el 182 aniversario de su nacimiento, y ella está viva entre nosotras. Su corazón de Madre nos acompaña, su espíritu de servicio y caridad nos impulsa a seguir sus pasos.
Santa Madre, hoy más que nunca, que estamos en camino hacía el XXII Capítulo General, necesitamos tu protección. Necesitamos mirar tu vida, imitar tus ejemplos de mujer, de hermana, de Madre, porque sobre todo fuiste Madre. El Corazón de Jesús te preparó para ser Madre de una gran Familia religiosa: las Siervas de Jesús, y te llevó a ser Madre todo corazón para los enfermos, a quienes atendías con entrañable delicadeza, porque sabías que eran el mismo Cristo.
Santa María Josefa, hoy todas tus hijas te decimos ¡felicidades!, y te pedimos que nos sigas bendiciendo desde el cielo, estamos seguras que lo haces.
“Para las Siervas de Jesús más he sido Madre que Superiora, cada una ocupa un lugar en mi corazón, a ninguna tengo olvidada, y por mi pequeñez comprendo lo que será la inmensidad de Dios, que a nadie excluye de su amor”. Santa María Josefa
Siervas de Jesús, Casa Madre