
“Me amó y se entregó por mí”
El 15 de diciembre de 2024 a las 12:00 hrs en la capilla de la Casa de Formación de Lagos de Moreno, Jalisco, México, nuestra Hna. Ana Isabel Hernández Moreno se consagró para siempre al Señor. Madre Socorro Gutiérrez Piñón, Superiora de la Provincia Santa María de Guadalupe recibió sus votos perpetuos en nombre de nuestra santa Madre Iglesia.
Un día antes nos encontramos reunidas hermanas de diferentes comunidades para participar en esta hermosa celebración. Las jóvenes postulantes ofrecieron a nuestra hermana Isabel un festival con cantos, bailes y representaciones en torno a la vocación religiosa. En su habitación hermosamente arreglada un letrero finamente adornado decía: “Me amó y se entregó por mí”.
La misa fue presidida por el padre Alejandro Gutiérrez Pedroza, sacerdote diocesano, párroco de la cuasi parroquia San Antonio de Padua, Las Huertitas. En la celebración estuvimos presentes madres y hermanas Siervas de Jesús de la Caridad, Siervos Laicos, familiares de la Hna. Ana Isabel y algunos bienhechores. Después de la celebración eucarística pasamos a compartir el almuerzo en el salón de la Casa Hogar San Vicente.
Ha sido una hermosa celebración, que nos hace a todas agradecer nuevamente a Dios nuestra vocación religiosa, a renovar nuestro primer amor y a seguir pidiendo al Señor nuevas vocaciones que continúen su obra.
Nuestra hermana Ana Isabel, que se encuentra actualmente sirviendo a Dios en la comunidad de la Residencia Las Margaritas, Ciudad de México, nos comparte sus sentimientos:
“15 de diciembre de 2024, día tan esperado, con muchas emociones y sentimientos encontrados, pero no de temor, sino de una gran emoción por este enorme acontecimiento que no solo es para mí, sino que se extiende a mi Congregación, a mi familia, a la Iglesia. Sabía que había llegado el tiempo de pronunciar el “sí” para siempre al Señor, pero nunca me imaginé lo importante que es realizarlo y convertirme en esposa del Rey eterno. Interiormente hay algo en mí que no puedo explicar con palabras, solo lo entiende mi alma y mi corazón, es una gran emoción en el fondo de mi ser que cae en la cuenta de que la consagración perpetua es un inmenso regalo que he recibido de Dios. Cada día renuevo esta alianza con mi esposo, nuestro Señor, que por puro amor y misericordia se ha dignado desposarme con Él, a mí indigna sierva suya. A Él le pido que en cada momento de mi vida me ayude a ser fiel y a decirle con mi vida cuánto lo amo”.
Hna. Ana Isabel Hernández Moreno
Provincia Santa María de Guadalupe